La obra "Acapulco" presenta un mandala central intrincado compuesto por patrones geométricos y espirales en tonos terrosos como el marrón, naranja, beige y blanco. El fondo está lleno de formas y colores abstractos en verde y tonos suaves, lo que añade profundidad y dimensión al mandala.
Marrón: Representa estabilidad, seguridad y una conexión con la tierra. Este color aporta una sensación de arraigo y confort.
Naranja: Simboliza la creatividad, la alegría y la energía positiva. Fomenta la motivación y el entusiasmo.
Beige y Blanco: Asociados con la pureza, la simplicidad y la claridad. Estos colores pueden simbolizar nuevos comienzos y claridad mental.
Verde: Representa la naturaleza, el crecimiento y la sanación. Aporta equilibrio y armonía.